Si te decides a visitar Córdoba y disfrutar de todos sus encantos, hay un aspecto que no puedes descuidar: el gastronómico. La historia de esta ciudad multicultural implica una magia especial que se traslada al mundo de los fogones a través de platos que recogen las esencias de las civilizaciones que ha dejado su huella en ella. Los sabores y olores de aquellos que pasaron por su calles siguen en sus platos como recuerdo vivo de una presencia eterna.
Los platos mas singulares de esta ciudad asentada a la orilla del Río Guadalquivir son tan populares como deliciosos. Es habitual encontrarlos en sus tabernas y restaurantes, forma de tapas o de platos, según el caso, de manera que en nuestro recorrido será fácil poder probarlos y reponer fuerzas con ellos para seguir nuestro itinerario.
- Es imprescindible comenzar por el salmorejo cordobés, un plato muy conocido y sencillo, al que hay que saber darle un toque especial para que atienda a la receta autóctona de la ciudad de la Mezquita. Para ello debemos conseguir tomates de huerta, aceite de oliva virgen extra, pan de telera y sobre todo mucho amor a la hora de preparar con todo ello una especie de exquisitas natillas.
- El rabo de toro es una estrella culinaria de la ciudad. Se trata de un estofado de carne realizado con el rabo del toro o la vaca especialmente condimentado y preparado a fuego lento de manera que se deshace al probarlo. Lo envuelve una salsa especialmente indicada para mojar pan.
- El flamenquín cordobés es un rollo de carne de cerdo, con jamón serrano en su interior, alargado y fino, rebozado y frito, que puede llevar además otros muchos ingredientes como el queso, el rabo de toro, los langostinos…
- Los caracoles son una curiosidad culinaria de Córdoba que puedes probar en puestos callejeros durante la temporada de primavera. Los ponen de diversas formas: con caldo, en salsa, picantes, pequeños, gordos y ahora con recetas cada vez mas creativas como carbonara o texmex. Los forasteros se rinden a su sabor a pesar de cierto rechazo inicial.
- Y de postre el típico pastel cordobés que es un hojaldre rebozado con cidra o cabello de ángel en si interior, aunque también puede llevar chocolate u otras delicias.
Y si te quedas con hambre no dudes en pedir las berenjenas a la miel, las alcachofas a la montillana o la famosa tortilla de patatas del Bar Santos. Seguro que vuelves a por una segunda ronda.