Con la llegada del buen tiempo, llega también la proliferación de las terrazas de bares en nuestras calles. Algo no tan raro ni tan nuevo, ya que desde siempre ha habido puestos en las calles que ocupan una parte del acerado peatonal dificultando el paso de miles de viandantes. Esto no es una moda nueva, y sino que se lo cuenten a París ¿Qué sería de ella sin sus calles llenas de terrazas? Y es que hay que reconocer que las terrazas en verano dejan la mayor parte de los ingresos en los restaurantes y bares. Y además ¿a quién no le gusta tomar una tapita al fresquito de la noche veraniega?
¿Son las terrazas beneficiosas o perjudiciales?
Hay que reconocer que aunque las terrazas de los locales hacen que la clientela sea mayor y por tanto ese negocio tenga un mayor nivel de ventas e ingresos, no dejan de traer inconvenientes en las calles donde se encuentran.
- Los ruidos que traen las terrazas no deja en ocasiones dormir a los vecinos que viven cerca. Incluso ver la televisión con la ventana abierta se hace una odisea si vives cerca de una terraza.
- La suciedad que traen a las calles. Es verdad que después de la jornada laboral, los camareros se encargan de recoger la terraza, pero no es lo mismo que si no se ensuciara nunca.
- Los olores que a veces dejan estas terrazas tampoco son plato de buen gusto para los vecinos.
- A medida que ha pasado el tiempo se ha intentado conciliar las peticiones tanto de vecinos como del sector hostelero, con mayor o menos éxito.
En los últimos años se ha visto una gran proliferación de estas terrazas incluso todo el año, convirtiendo un espacio público en el negocio de unos pocos.